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Cómo acabar con las creencias irracionales

Todos tenemos creencias limitantes e irracionales que nos pesan y nos frenan.

En el libro El arte de no amargarse la vida de Rafael Santandreu, tenemos una rutina que puede hacer que cambiemos esa clase de creencias.

Primer paso.

Detectar las creencias irracionales.

Detrás de cualquier malestar emocional exagerado hay un pensamiento extremo. En cualquier conversación o diálogo si te paras a escuchar, encontrarás frases ejemplo, tipo:

  • Si jamás tuviera pareja, mi vida sería terrible.
  • Necesito una pareja para ser feliz.
  • Nunca seré feliz si no consigo ese puesto de trabajo.
  • Seré un fracasado si no tengo una casa propia.

Son frases que expresan necesidad y se hacen de modo catastrófico y limitante.

Un ejercicio que podemos utilizar en el día a día sería analizar el malestar emocional diario y detectar qué creencias irracionales lo provocan.

Ejemplo:

  • Me he puesto triste al pasar el fin de semana solo, porque me he dicho a mi mismo que necesito estar con alguien para estar bien.

Segundo paso.

Combatir las creencias irracionales.

Hay que buscar todos los argumentos racionales posibles para quitarle todo el peso posible a esta creencia irracional. Hay diferentes estrategias que se nos explica en el libro, como por ejemplo:

  • ¿Existen otras personas que son felices en la misma situación?

    Si analizas un poco por encima  la vida de otras personas en la misma situación, te darás cuenta de que hay mucha gente feliz que vive en estas circunstancias, sin ningún tipo de trauma.

  • El argumento de las posibilidades : ” Aún con esta adversidad, ¿podría llevar a cabo objetivos interesantes por mí y por los demás.”

    Cada una de las personas que vive en un estado de paz con adversidades, hacen que nos demos cuenta de que lo que nos está pasando no es tan grave.

Un ejemplo al que puedes recurrir es Stephen Hawking. El científico ha declarado en muchas entrevistas que siente que vive una existencia maravillosa porque su disciplina de estudio le da intensas alegrías. Nos muestra que siempre hay espacio para desarrollarse y crecer.

  • El argumento existencial.

    En una vida que dura tan poco tiempo…¿Es tan importante esta desgracia que me está ocurriendo?

Dentro de cien años, ¿qué importancia tendrá lo que me está pasando ahora? Ninguna, no estaremos aquí, por tanto, no tendrá ninguna importancia.

Tercer paso.

Establecer las creencias racionales.

En el segundo paso habremos buscado todos los argumentos racionales posibles para acabar con esa creencia irracional.

Esta última fase es de tipo constructivo y produce satisfacción y bienestar.

No solo hay que repetirlas, sino creérselas. Empieza cogiendo los que más te convengan y poco a poco vete escogiendo nuevas razones que te ayuden a deshacerte de esas creencias irracionales.

Ahora, es el momento de empezar la tarea:

  1. Revisa cada día cómo piensas y qué creencias se repiten.
  2. Escucha qué creencias son las que más tienes presente. Las descubrirás en tu diálogo externo e interno.
  3. Escribe esa creencia y busca todos los argumentos lógicos posibles que la desarmen por completo.
  4. Hazte una lista y léela cada día, así conseguirás que pierda poder.

¡Acaba con esas creencias limitantes!

Si te interesa este tema, échale un vistazo al siguiente post: ¿Que tipo de creencias tienes?

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