Cuando entras en el mundo del autoconocimiento, empiezas a interesarte por actividades o técnicas que te faciliten explorar tu propio mundo interior.
Cada vez encuentro más personas que se interesan por la meditación.
Es una técnica milenaria que en los últimos años se ha expandido en el mundo occidental.
Comenzamos a informarnos, comprobando que sus beneficios son infinitos y nos preguntamos si podríamos ser uno de esos practicantes “tranquilos e iluminados”. Paciencia.
A una persona que quiere empezar en el mundo de la meditación le surgen varias preguntas. La primera de todas es: ¿Cómo empiezo?
Es una de esas cuestiones que nos hacemos cada vez que queremos empezar con algo nuevo. Sobre todo, si hay tanta información, tantos maestros, tantas técnicas y maneras de hacerlo.
Una de las preguntas que más me repiten es: ¿Cómo dejas la mente en blanco?
Mi reacción generalmente es la del icono de la carita con los ojos en blanco.
Exactamente no sé cuál fue el momento en el que se propuso como base de la meditación, “poner la mente en blanco”.
He practicado con varios maestros y ninguno ha descrito la meditación de esta forma.
Empecé adentrarme en el mundo de la meditación de la mano de Eckhart Tolle. En su libro El Poder del Ahora explica cómo parar el flujo de pensamiento, con un estado de presencia.
Propone un ejercicio sobre este tema:
Intenta un pequeño experimento.
Cierra los ojos y di internamente: “Me pregunto cuál va a ser mi próximo pensamiento”. A continuación, mantente muy alerta y espera a ver cuál es. Sé como un gato observando una ratonera. ¿Qué pensamiento va a salir de la ratonera? Inténtalo ahora mismo.
¿Lo has probado? ¿Cuál ha sido el resultado? Si lo has hecho te habrás dado cuenta que mientras estás en ese estado de alerta, estás presente en el momento. Te sientes libre de pensamiento.
En la meditación Zen, algunos maestros caminaban sigilosamente detrás de sus alumnos mientras meditaban y les golpeaban por sorpresa con un bastón. Si el estudiante estaba plenamente alerta, esquivaba el golpe, si lo recibía es que estaba inmerso en sus pensamientos.
¡No te asustes! No es necesario llegar a estos extremos para practicar el estado de presencia.
No es necesario que estés en una postura de meditación para estar en un estado de presencia. Puedes abandonar tu equipaje personal de problemas, de pasado y futuro en cualquier momento y estar presente.
Prueba a hacer el siguiente ejercicio cuando camines por tu ciudad, estés con amigos, disfrutes de una buena cena o simplemente hazlo cuando te apetezca.
Simplemente observa tu escenario actual.
Si estás caminando, observa las casas, el cielo, la gente con la que te cruces, las flores de los jardines, siente cada paso que das, etc. La dificultad está en hacerlo sin etiquetar o juzgar. Intenta no pensar si te gusta o no la fachada de las casas, si las flores están alineadas, si la nube que estás mirando tiene forma de delfín, etc. Solo observa.
El poder está siempre en el momento presente. – Louise Hay
Probablemente no te des cuenta de que has parado por un momento el flujo de pensamiento que te acompaña siempre.
Has dejado de lado tu percepción del mundo para estar presente.
¡Felicidades! Es un gran paso para ayudarte a eliminar juicios, creencias erróneas, miedo y culpabilidad. Empieza por tener pequeños momentos de presencia en tu vida diaria. Cuando estés realizando una tarea, hazlo al 100%. No dejes que tu cabeza comience a llenarse de pensamientos pasados y futuros.
Simplemente mantente presente en lo que haces.
La meditación es la lengua del alma y el lenguaje de nuestro espíritu.”– Jeremy Taylor
Cuando te sientas a meditar, tu mente seguirá trayendo pensamientos. Aparecerán en tu cabeza. La idea es que los observes. No te identifiques con ellos.
No los alimentes enlazando imágenes y enganchándote con sentimientos o juicios. Solo obsérvalos. De esta forma irán desapareciendo. Parece fácil, ¿eh? No te voy a engañar. Las primeras veces quieres salir a los pocos minutos. Es normal, tu mente no está entrenada y no está acostumbrada a ser controlada.
Céntrate en la respiración. Concéntrate en la inhalación y la exhalación. Haciéndolo de forma lenta y suave. Ser consciente de tu cuerpo en cada momento te ancla en el presente.
Te invito a practicarlo 🙂
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