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Y si…¿dejamos de esperar de los demás?

En las relaciones personales estamos acostumbrados a esperar determinadas cosas del otro. Cada uno tiene sus preferencias en esa “espera”.

Venimos con nuestra propia historia contada, creencias y carencias. Por tanto, como ejemplo, en una misma relación, una persona puede querer atención con regalos y detalles materiales y la otra demandará ser escuchada para cubrir esas carencias con las que carga.

Cuando empezamos a conocer a alguien y a encajar, nos fijamos de forma inconsciente en si tiene esos valores que para nosotros son primordiales (seas consciente de ellos o no).

Si coincides con esa persona en un porcentaje aceptable, comienzas a introducirla en tu vida, compartiendo momentos y experiencias. Esas vivencias hacen que vayamos conociendo más a la gente y hace que nos abramos más y mostremos nuestra parte más sincera y natural.

Comienzan las expectativas de la relación y de los comportamientos de cada una de las partes que la forman.

Las pequeñas bondades y atenciones son muy importantes. Las pequeñas asperezas, las pequeñas faltas de respeto, suponen reintegros importantes. En una relación, las cosas grandes son las cosas pequeñas. – Stephen Covey

Generalmente partimos de una idea común cuando conocemos a personas que parecen afines a nosotros. Creemos que actuarán como nosotros en determinadas situaciones. 

Si soy detallista en los cumpleaños, espero que el otro lo sea. Si en las discusiones pido disculpas, espero que el otro también lo haga porque…¡yo lo haría en su situación!. Si sucede algo inesperado, espero que el otro mantenga la calma y no haga un drama de lo ocurrido.

No paramos de esperar. Y esto genera un gran sentimiento de frustración y decepción.

En muchos casos lo que intentamos es hablar con el otro, con el objetivo de cambiar la situación y aunque no queramos admitirlo, de cambiar al otro, al menos un poquito. Hablamos y conseguimos llegar a un acuerdo en el que las dos partes tienen que ceder un poco, y que hará que las cosas sean más fáciles en el próximo conflicto.

Y otra vez vuelve a suceder algo que “no esperamos”. Porque…yo no actuaría así. Y seguimos queriendo cambiar un poco al otro exponiendo cómo debería actuar. Pero esto nos ocurre no solo con una persona, sino con muchas. Estamos esperando de los amigos, de la pareja, de la familia, de los compañeros de trabajo, del vecino de arriba, de los compañeros de clase, del camarero de la cafetería, etc.

Esperamos todo el tiempo, generando decepción, frustración o rabia en la mayoría de los casos.

¿Cómo podemos disminuir sentir todo eso? Deja de juzgar. Deja a los demás ser.

No quiero decir que permitas comportamientos inaceptables o justifiques todo lo que hacen los demás. Hablo de que dejes de esperar y dejes de comparar. Si hay relaciones que no te aportan lo que quieres, acepta que es así y aléjate. Si dejas espacio, llegarán cosas nuevas.

Evitar el juicio no implica ignorar lo que el otro hace; implica reconocer que su conducta es una forma de condicionamiento; implica verla y aceptarla tal como es, sin construir una identidad para esa persona a partir del condicionamiento. ― Eckhart Tolle

No le sigas dando poder a los otros sobre cómo te vas a sentir. Que actúen de una forma u otra no debe perturbar tu paz interior. Difícil, lo se. Pero se entrena. El hecho de entender que cada persona viene con su historia y sus creencias, libera muchísimo. Su forma de actuar no depende de ti. 

Cada uno hace lo que mejor cree, con las herramientas que tiene.

Con las personas también hay ciclos.

En un momento de la vida puede que lo que te estén dando es suficiente, pero en otro momento necesitas otras cosas. Solo tienes que pararte y ser honesto contigo y con la relación. Si la relación no tiene una finalidad ganar-ganar, es mejor alejarse.

Cada persona, cada relación, llega a ti para la sanación mutua. Todas las relaciones se convierten en una lección de amor. Este es el fin de las relaciones conscientes: salvarte de la pesadilla de vivir desde el ego.― Raimon Samsó

Y no estoy diciendo que obligues o nos obliguen a tener una relación así.

Las cosas deben salir de forma natural. Crear relaciones de ese tipo sin forzarlas, dejando Ser al otro y a ti mismo.

Si por el otro lado, la situación es ganar-perder, perder-ganar o perder-perder, es el momento de hacer algo. Quizás te toque tomar la decisión a ti y a veces las otras personas no la comprenderán y quizás te tachen de egoísta, mala persona, etc.

No te preocupes, estás dejando espacio para que lleguen otras cosas en la que las dos partes tendrán una sensación de ganar-ganar.

Relaciones en las que no se espere, sino en las que serán libres para Ser.

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