Hay una frase que, para mí, caracteriza las enseñanzas de Byron Katie.
Sólo puedo encontrar 3 tipos de asuntos en el universo: los míos, los tuyos y los de Dios.
(Entiéndase Dios como Universo, la vida, etc.)
Nos explica que la mayoría de nuestras tensiones vienen de vivir mentalmente fuera de nuestros asuntos.
Y te preguntarás: ¿qué es vivir fuera de mis asuntos?
Cuando estás observando, opinando, juzgando lo que hacen los demás, eso es estar fuera de tus asuntos. Si pasas parte de tu día, analizando y organizando la vida de otros, o poniéndote en situaciones en las que dices o piensas: “yo si estuviera en su lugar haría…”, eso también es estar fuera de tus asuntos.
No te das cuenta que estás viviendo mentalmente otras vidas, mientras dejas de vivir la tuya.
Si tú estás viviendo tu vida y yo estoy viviendo mentalmente tu vida, ¿quién está viviendo la mía?
Hay personas que se pasan la mayor parte del tiempo, observando y juzgando la vida de otros. Opinan sobre su pareja, amigos, padres, hijos, sobrinos, hermanos, compañeros de trabajo, vecinos, etc.
Son personas que viven desde el exterior. Quizás, porque les de auténtico miedo enfrentarse con ell@s mism@s o porque todavía no se han dado cuenta de lo que es importante de verdad.
Si eres una de esas personas, una recomendación, ten un encuentro contigo cuanto antes. Conócete, descúbrete, obsérvate. Es muy probable que halles felicidad, paz y bienestar de forma mucho más rápida y eficaz desde el interior.
Creer que sabes qué es lo mejor para los demás, te impide estar en tus asuntos.
Puedes dar un consejo desde tu punto de vista, pero no debes hablar como si poseyeras la verdad absoluta.
Además, si no dejas a la persona cometer sus propios errores, estás rompiendo su cadena de aprendizaje y por lo tanto su propio crecimiento personal. Por el bien de tod@s…¡No hagas eso!
El problema no son los pensamientos que tengamos, es el apego que creamos hacia ellos.
Los pensamientos aparecen de la nada y se van a la nada (si los dejamos ir). Están de paso, no vienen para quedarse. No son perjudiciales hasta que no nos apegamos a ellos creyendo que son reales.
Apegarse a ellos significa creer que son verdaderos, sin indagar, sin cuestionarlos. Son los que luego se convierten en creencias, esos que nos acompañan durante años.
Lo que creen los demás que es lo mejor para ti, quizás no lo sea. A la inversa ocurre lo mismo.
Lo que tú crees que es lo mejor para otra persona, quizás no lo sea. Cada uno de nosotros habla desde su propia experiencia, desde sus circunstancias de vida, desde su forma de pensar y de vivir la vida.
No digo que no escuches a los demás.
Mucha gente habrá vivido, experimentado y superado situaciones que estás viviendo tú ahora. Solo te digo que seas selectiv@ con los consejos y con las personas a las que le pides ayuda.
Siempre habrá gente que opine sobre tu vida.
No escuches a las personas que viven desde la escasez, la negatividad, la toxicidad, el desánimo y la falta de éxito. No quieres parecerte a ellos.
Escucha y pide consejo a personas que sean referentes para ti. Que hablen desde la coherencia y el corazón. Personas soñadoras, abundantes, positivas, creativas, que hayan tenido éxito y que tengan una forma optimista de ver la vida.
Desecha a los otros. Están en su propio camino de aprendizaje y no pueden ayudarte.
Saber qué es lo adecuado para ti, es tu único asunto.
La próxima vez que sientas tensión o incomodidad, pregúntate qué asuntos son los que te están ocupando la mente. ¿A quién pertenecen?
Y para terminar te invito a escuchar King of anything, de Sara Bareilles.
“And who cares if you disagree?
You are not me
Who made you king of anything?
So you dare tell me who to be?
Who died and made you king of anything?”(¿A quién le importa si no estás de acuerdo?
Tú no eres yo
¿Quién te hizo rey de todo?
¿Así que te atreves a decirme quién [tengo que] ser?
¿Quién murió y te hizo rey de todo?)– Sara Bareilles, King of anything