Cómo organizas tu tiempo? ¿Y tu vida? ¿Y tu forma de pensar, actuar y sentir? ¿Eres de l@s que actúas o te pones excusas y justificaciones ante situaciones de la vida que no te gustan?
Es increíble la cantidad de cosas que queremos hacer en la vida y el flujo de creatividad que nos invade poniendo excusas al “por qué no lo he hecho” o “por qué no lo hago”.
Excusas, una manera sutil de negarse a uno mismo lo deseado. – Raimon Samsó.
Es que no sé cómo empezar; no tengo dinero; no tengo tiempo; lo haré cuando me retire; no me lo puedo permitir; ahora no es el momento; algún día; cuando tenga un mejor trabajo; dentro de un par de años…
Hay infinitas excusas para no hacer lo que deseamos. Y debajo de todas ellas, miedo.
Repitiéndonos este tipo de diálogo, lo que hacemos es cargarnos de energía negativa, desmotivarnos y evitamos el cambio, el crecimiento, la evolución de nosotros mismos. Además, tendremos a personas que estarán dispuestas, de forma gratuita, a reforzar este tipo de creencias.
En el libro Supercoaching de Raimon Samsó, da una lista de excusas de alto diseño para renunciar al compromiso y no pasar a la acción:
- Excusas de culpa: se trata de encontrar a alguien (eso es fácil) a quien culpar para no llevar el cambio deseado.
- Excusas de imposibilidad: se consigue elaborando una lista mental de suposiciones no contrastadas acerca de dificultades para hacer el cambio deseado.
- Excusas de invalidación: remover la memoria hasta dar con alguna historia de la infancia a la que responsabilizar de supuestos límites (también eso se puede inventar).
- Excusas de no responsabilidad: basta con señalar la biología, los padres, el contexto, la escuela, el gobierno,…para responsabilizarlo de las frustraciones personales.
Podemos cambiar el patrón mental de las excusas.
No importa si somos adictos a hacerlo desde hace años o desde hace poco. Solo tenemos que decidir dejar de hacerlo y ser disciplinados.
Cuando una persona puede elevar el nivel de su autodisciplina, se convierte en imparable. Im-pa-ra-ble. – Raimon Samsó.
Si nos invade el torrente de excusas en un momento dado, podemos ponerle freno.
Pregúntate de dónde proviene, si es cierta y cómo sería tu vida en ese momento sin esa excusa. Seguramente hará que elimines un obstáculo del camino que te lleva hacia tu objetivo y además reafirmes tu enfoque.
Si vives con excusas, sin responsabilidad ante la acción que debes poner hacia aquello que quieres lograr, es probable que aparezcan en tu interior sentimientos negativos como frustración, apatía, envidia por que otros consigan lo que deseas, etc.
La frustración si se hace crónica da paso a la amargura, a la indignación, caldo de cultivo para el resentimiento. – Javier Urra.
Vivir con excusas tiene un precio demasiado alto.
Y la mayoría de las veces son excusas que vienen de suposiciones sobre hechos que probablemente nunca ocurran.
Te invito a desactivar el intenso flujo de excusas y cuestionarlas hasta que se desinflen del todo y desaparezcan. Solo tenemos una vida para alcanzar aquello que queremos, y convertirnos en las personas que deseamos ser.