A todos nos ha pasado que tenemos días en que sentimos que todo está bien tal y como está.
Aunque la situación de vida sea la misma de ayer, el día de hoy es diferente. Miramos de forma distinta y eso hace que el mundo que vemos también lo sea. Cuando eliges tener pensamientos positivos ves a la gente más amable, más agradable.
Si te cruzas con alguien que no está fluyendo con la vida, eres compasiv@ y empátic@. Incluso a veces ni siquiera te das cuenta de las actitudes negativas, porque tu atención está en otra cosa, en otro tipo de vibración.
En la otra dirección también ocurre. De repente, alguien de tu entorno tiene un día espléndido, se siente segur@, está relajad@, fluyendo con el momento, y te transmite muy buena energía.
Quizás cuando tenemos un feedback positivo con alguien, es más fácil comprender, empatizar, dejarse llevar por las buenas sensaciones que va dejando el otro, sentir ese optimismo y calma que transmite la otra persona.
En el caso contrario, cuando tenemos días en los que nos levantamos juzgándonos por la vida que tenemos o por no haber conseguido lo que pensábamos tener con esta edad. Donde el paso número dos del proceso suele ser el de compararnos con nuestros amigos más “éxitosos”. O con nuestras ex-parejas, con cualquiera que creamos que tiene una mejor situación de vida que la que tenemos ahora (no es difícil conseguirlo en momentos así, vemos todo lo bueno en los demás y lo peor en nosotros…cosas del ego).
Nos convertimos en lo que pensamos.-Buddha.
¿Qué diferencia hay entre los días en los que vemos todo de forma “perfecta” y en los que nos sentimos un “auténtico desastre”?
Es cierto que hay personas que dirán que algo maravilloso les ha pasado ese día o el día anterior para sentirse satisfechos con la vida.
Pero hablo de cuando no hay circunstancias externas extraordinarias en las que nos apoyamos para “creernos felices”. Me refiero a los días normales, en los que nos sentimos bien porque si. Vemos todo lo que hemos conseguido, lo que tenemos, lo agradecidos que podemos estar por todo lo bueno que tenemos (sí, y aunque te cueste verlo mientras lees esto, haz ahora mismo una lista de diez cosas por las que estás agradecido, porque las tienes.
¿Quieres un ejemplo? El hecho de tener un rato para leer un artículo que te interesa y de estar contigo.) Nuestra mirada es positiva, estamos presentes, fluimos con lo que ocurre y estamos en armonía con nosotros mismos.
El mundo como lo hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento. No puede ser cambiado sin cambiar nuestro pensamiento.-Albert Einstein
Lo único que diferencia estas dos formas de ver el mundo son nuestros pensamientos.
Nos llevan a un estado en el que nos empoderamos y nos invade un sentimiento de amor y gratitud por lo que hacemos, por nuestra gente y por todo lo bueno que tenemos o nos hunde en el más profundo sentimiento de frustración, tristeza y hastío.
Como tratemos al mundo no tiene nada que ver con el mundo, tiene que ver con nosotros. Así que tampoco te tomes como personal cualquier tipo de actitud, gesto o palabra negativa que tenga alguien contigo, porque en ese momento no está viendo la vida de una forma demasiado optimista.
Es fácil detectar quién tiene una buena relación consig@ mism@ y quién no. Las personas que están en un estado permanente de queja, crítica o juicio, no están “presentes”. En algun momento tendrán que poner atención a lo que dicen y a cómo actúan con respecto al mundo en el que viven para salir de ese círculo.Todos pasamos por estados así, pero tenemos que hacer un parón momentáneo y analizar cómo estamos actuando. La felicidad no va acompañada de ninguno de esos comportamientos, así que por nuestro bien, nos toca analizarnos.
La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos.-Marco Aurelio.
Si estás en el camino del autoconocimiento, estás haciendo la inversión de tiempo y energía más importante y fructífera de tu vida. Si estás dando los primeros pasos para mejorar tu mundo…¡Felicidades también! Tienes el poder de ver las cosas como quieras. Es el momento de cambiar todo aquello que no te gusta.